Bueno, eso dicen los científicos, pero obviamente lo hacen sin disponer de este fantástico artilugio con el que hemos ilustrado esta explicación. Entonces, ¿qué pruebas tienen? Ellos no estaban realmente allí cuando cayeron los asteroides. Pero tampoco los detectives suelen estar en el lugar del crimen, y logran atrapar a los criminales a base de indicios. Afortunadamente, los asteroides invasores dejaron huellas. Algunos de los átomos de hidrógeno del agua de nuestros mares tienen un neutrón de más (recuerda: los átomos se componen de protones, neutrones y electrones). A este hidrógeno más pesado se llama deuterio. Bueno, pues si se mide la cantidad de deuterio que hay en el agua de mar ¡resulta exactamente igual que la que hay en los asteroides de la parte mojada del cinturón!
Veamos de momento qué nos dicen los meteoritos. En los que vienen de asteroides de más allá de la línea de nieve hay en promedio un átomo de deuterio por cada 6650 de hidrógeno. Y en el agua marina, uno por cada 6660; o sea, prácticamente igual. ¿Casualidad? Puede ser; pero hasta que no haya otra idea mejor, la próxima vez que te duches piensa que estás usando un líquido que se formó a más de 300 millones de kilómetros de la Tierra, y que llegó hasta nosotros a bordo de asteroides. Este meteorito, que cayó en Australia en 1969, nos trajo agua desde más allá de la línea de nieve. Los meteoritos de esta clase pueden contener hasta 15 % de agua. |