Seguro que estás diciendo: pero, ¿qué tiene que ver este rollo de química con esos fantásticos océanos desaparecidos? No seas impaciente, que ya están aquí los océanos. El agua con mucho deuterio se llama agua pesada, y se fabrica (para hacer más seguras las centrales nucleares) haciendo evaporar grandes cantidades de agua: como el deuterio pesa más que el hidrógeno, le cuesta más evaporarse, por lo que se concentra en el residuo. ¿Lo tienes ya? Un agua rica en deuterio podría ser el residuo de un océano que se hubiese evaporado.
¿Cómo que podría? ¿Es que en Ciencia nunca hay nada seguro? Claro que sí, pero, igual que en la vida, hay cosas seguras y otras sólo probables. En los casos más complicados, nuestras máquinas del tiempo son aún imperfectas y no nos permiten reconstruir con certeza lo que pasó. Todos los científicos están de acuerdo en que en el principio del Sistema Solar el Sol calentaba mucho menos que ahora y Venus era un planeta en el que podía haber océanos. Pero a partir de aquí, los investigadores están divididos. Tal vez el agua surgió a la superficie traída por los volcanes pero no se llegó a estancar en ella, sino que se perdió en el espacio a medida que salía. O puede ser que Venus tuviese de entrada más proporción de deuterio que la Tierra. Harán falta más datos para confirmar el gran océano de Venus.
Pero hay algo interesante en ese posible océano perdido: si existió, Venus tuvo un clima apto para la vida, y luego lo perdió hasta convertirse en ese desierto abrasador. O sea, un cambio climático de envergadura global. ¿Te suena?