Actualmente este concepto se usa en otros territorios más amplios que la cuenca hidrográfica. Por eso los estados suelen hacer estudios de los balances hídricos de su territorio. Los datos del balance hídrico ponen de manifiesto la aportación total de unos 109 km3/año a la red fluvial española (del orden de un tercio de los 346 km3/año), de los que tres cuartas partes son escorrentía superficial directa y una cuarta parte es escorrentía subterránea.
Las transferencias externas, en este caso, juegan a favor del valor del cálculo dado su carácter peninsular, separado del resto por cordilleras, e isleño, y, por tanto, su gran aislamiento geográfico en relación a otros países del entorno.