La variación de la concentración de CO2 en los últimos 50 millones de años. Están revisándose actualmente los datos de los últimos 20 millones de años porque algunos de los indicadores proporcionan datos discordantes..
Por último, nos queda por explicar la glaciación más importante de todas para nuestra especie, la que ha condicionado la evolución del ser humano y su colonización del planeta: la llamada Glaciación Neógena, en medio de la cual nos encontramos aún. La Figura 11 nos dice que el CO2 ha disminuido desde hace unos 50 millones de años.
Pero sólo hace 34 Ma empezó a haber glaciares en la Antártida. En el inicio de esta glaciación, el agua tuvo un papel protagonista: antes de esa edad la Antártida estaba unida a Suramérica, pero la dinámica terrestre no descansa y poco después el istmo que unía los dos continentes se rompió. A partir de ese momento, la rotación terrestre entró en juego: alrededor de la Antártida se formó una poderosa corriente oceánica, la corriente circunantártica, que gira en sentido opuesto al del planeta, o sea, hacia el este.
El comienzo de la corriente circunantártica. Hace 50 millones de años (mapa superior) la Antártida estaba bañada por aguas cálidas. Hace 35 millones de años (mapa inferior) el continente queda aislado y se establece una corriente fría que lo rodea, generándose un casquete de hielo.
Este simple hecho cambió el clima terrestre y con él la historia de la humanidad. La corriente circunantártica impidió la llegada a las costas de la Antártida de agua tropical procedente de los otros océanos. Así, el clima del continente polar se hizo cada vez más frío, hasta que, hace 14 millones de años, todo él estaba cubierto por el hielo. Sin embargo, en el hemisferio norte no hubo glaciares hasta hace 2,7 millones de años. La causa de este retraso es muy discutida: para algunos climatólogos, también tiene que ver con los océanos, porque ésta es la edad de la elevación del actual istmo de Panamá, que, al cerrar la conexión Atlántico- Pacífico, podría haber causado el enfriamiento tanto de Eurasia como de Norteamérica.
Otros, sin embargo, creen que la concentración de CO2 continuó descendiendo hasta que la glaciación se propagó al hemisferio norte. Los datos no son concluyentes.
En la glaciación neógena hay, como en todas las glaciaciones, intervalos más o menos fríos (periodos glaciales o interglaciales) en los que el hielo avanza o retrocede. Hoy vivimos en un periodo interglacial llamado Holoceno, que empezó hace 10.000 años y está durando mucho más que otros periodos interglaciales. Homo sapiens, nuestra especie, ha aprovechado este largo periodo menos frío para extenderse por todo el planeta y colonizarlo. Casi seguro que no lo hubiese conseguido si el Holoceno hubiese durado menos. Ahora, Homo sapiens, corre el riesgo de, en sólo doscientos años, desalterar este clima favorable y convertirlo en otro inviable para su civilización.