Sabanas y selvas

Sabana.
Sabana.

El factor fundamental en la configuración de los biomas es la disponibilidad del agua durante la época de crecimiento de las plantas. Donde no hay escasez, el arbolado es denso y la vegetación cubre toda la superficie de suelo fértil, como en la selva o un bosque templado de robles. Cuando el agua empieza a escasear, las plantas necesitan explorar con sus raíces un mayor volumen de suelo para obtener el agua que precisan y tienen que separarse cada vez más unas de otras. Los árboles y la vegetación ya no ocupan toda la superficie, sino que aparecen separados, como ocurre con las encinas de la dehesa, o con los baobab de la sabana, que aparecen aislados y sin que sus copas lleguen a tocarse.

Y el segundo factor que matiza los biomas, como se ha dicho, es la temperatura. Allí donde no baja de un determinado valor en todo el año, se considera que no hay estación fría y las plantas pueden crecer continuamente todos los meses del año (salvo que haya una estación seca). Es el caso de las selvas tropicales. La agricultura en estas regiones, allí donde hay suelo utilizable, es muy productiva, pues al no haber parada invernal de crecimiento se pueden obtener cosechas todos los meses del año, especialmente si hay acceso a agua abundante para riego y el agua no es un factor limitante.

Las regiones con mayores precipitaciones son las correspondientes a las selvas que se extienden desde las zonas ecuatoriales a los trópicos. Son zonas en las que las lluvias anuales superan los 200 cm3 y en las que caen al menos 12 cm3 de agua. Según el modelo de celdas, se corresponden con zonas de bajas presiones debido al ascenso de aire caliente en los alrededores del ecuador.